La entrevista fue propuesta por el padre Juan Isasmendi, de la parroquia Caacupé, ubicada en el corazón de la Villa 21-24.
Después de haberlo ido a visitar a la Curia, se despedía de Jorge Bergoglio cuando le dijo: “Padre, ¿no tiene ganas de venir a la radio para una entrevista?”.
Pese a la reticencia de Bergoglio a dar entrevistas, dijo: “Preparame las preguntas y mandámelas por mail, así las veo”. Al otro día, recibió un llamado de teléfono de Bergoglio, que aceptaba la entrevista en La 96, Voz de Caacupé, la radio donde el padre Isasmendi tiene su programa “Mateando con nuestro pueblo”.
Esa grabación del 1 de noviembre de 2012 se convirtió, tras la elección del papa Francisco, en un documento histórico en el que el flamante Sumo Pontífice revela datos íntimos de su vida y, sobre todo, cuenta en primera persona y con lujo de detalles “el” momento en el que sintió que debía hacerse cura.
“Fue una entrevista muy linda, tuvimos un diálogo muy cordial”, explica el padre Isasmendi a Clarín. “Contó cosas muy importantes de su vida y estaba como en su casa, porque Caacupé él lo sentía como su casa, yo creo que accedió a darme la entrevista por eso”, afirma sobre el diálogo de más de una hora que, a partir de hoy, la parroquia comenzó a subir a su canal de YouTube, para que el planeta entero tenga acceso a anécdotas inéditas contadas por el nuevo Papa.
Sobre su vocación religiosa, el ahora papa Francisco dijo en la radio: “De chico una vez se me había ocurrido se cura, pero como se te ocurre ser ingeniero, ser médico, ser músico, viste, se te ocurre… Estaba haciendo el colegio industrial, estudiaba química, y un 21 de septiembre, porque eso me acuerdo siempre, salía para ir a pasear con mis compañeros y pasé por la iglesia de Flores, yo iba a esa iglesia, y ahí, entré, sentí que tenía que entrar, esas cosas que vos sentís de adentro que no sabes cómo son y miré, estaba oscurito, una mañana de septiembre, y veo que venía un cura caminando, no lo conocía, no era de la iglesia y se sienta en el último confesionario, a la izquierda, mirando al altar, y ahí yo no sé qué me pasó”.
“Sentí como que alguien me agarró de adentro y me llevó al confesionario, no sé lo que pasó ahí, evidentemente que le conté mis cosas, me confesé, pero no sé lo que pasó y cuando terminé de confesarme, le pregunté al padre de dónde era, porque no lo conocía”, rememoró Bergoglio. “Me dijo ‘Yo soy de Corrientes y estoy viviendo cerca, en el hogar sacerdotal, y vengo a celebrar misa aquí, a la parroquia, de vez en cuando’. Tenía un cáncer, una leucemia, murió al año siguiente. Ahí sentí que tenía que ser cura, pero no dudé, no dudé”, completó.
Esa es apenas una de las revelaciones de la entrevista. “Solo charlamos mientras tomábamos mate”, describe el padre Isasmendi. “Yo tengo relación cordial con él en el mejor sentido de la palabra, hemos compartido la vida, es casi un familiar para mí”, agrega.
“Creo que eso lo animó un poco más y fue contando algunos chistes con esa picardía que tiene y la charla tiene ese color de fondo, se siente una cotidianeidad y sobre todo su calidez, sencillez y confianza. Eso es lo lindo”, dice a Clarín, desde la parroquia Caacupé, a la que el Papa considera como su hogar, en el centro de la Villa 21-24, donde en noviembre del año pasado, en un humilde estudio de radio, Francisco repasó su vida, entre mate y mate.
fuente: Clarín
La entrevisa en La 96, Radio de la villa Caacupé