En ocasiones, cuando el clima resultaba favorable, recuerdo que los canales “de afuera” solían hacer su irrupción en mi televisor…plagados de comerciales repetitivos, llegaban incluso a impedirme disfrutar de la programación prevista porque “un fantasmita” aparecía detrás de la imagen local, letras, rayas e imágenes indescifrables que convertían en un tormento el empeño de continuar con mis muñequitos, que lo mismo podían ser rusos que cubanísimos.
Por fortuna, en mi ciudad los canales de la televisión nacional no se transmitían por la misma frecuencia que TV Martí…suerte que no corrían los habitantes de otras localidades de mi provincia, que a partir de un determinado horario se veían impedidos de ver su serie favorita, o las aventuras infantiles de la tarde. Y es que con semejante situación, nadie salía ganando porque TV Martí no se veía, pero lo otro tampoco.
Muchos recursos hubo de invertir el país para poder transmitir en una señal que no fuera interferida por tan molesto intruso y por fortuna hace mucho que no recibo comerciales aburridos en la sala de mi casa. Sin embargo sé que existe un avión haciendo sus recorridos cerca de mi Isla tratando de agregarle a mi televisor un nuevo canal que no he pedido.
El pasado martes 23 de enero Cuba denunció ante la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones que se desarrolla en Ginebra el incremento de la agresión radial y televisiva de Estados Unidos contra su territorio. Las mal llamadas Radio y TV Martí desde hace varios años transgreden descaradamente el derecho internacional y, en particular, el convenio y el reglamento de las radiocomunicaciones.
Durante su intervención en la primera sesión plenaria del evento, Wilfredo López, director de regulaciones y normas del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, denunció las constantes violaciones de Washington al realizar transmisiones televisivas dirigidas a la Isla desde una aeronave en pleno vuelo, propiedad de ese gobierno. Ello ocasiona además interferencias severas a los servicios de radiodifusión nacional.
La Conferencia de Radiocomunicaciones del año 2007 estableció que toda estación de radiodifusión a bordo de una aeronave que transmita exclusivamente hacia el territorio de otro país sin su consentimiento, no puede considerarse que funcione de conformidad con el reglamento de radiocomunicaciones. Sin embargo, el gobierno norteamericano ha hecho caso omiso de esto empeñado en mantener la ejecución de su política subversiva contra Cuba, desconociendo e ignorando las normativas internacionales.
Me pregunto hasta cuándo van a seguir con su empeño de imponernos cosas los de allá enfrente…si fuéramos nosotros los que interfiriéramos su espacio radioelectrónico ¿cómo reaccionarían? Por otro lado, instituciones como Radio y TV Martí hace mucho que han demostrado su ineficacia, a pesar de los miles de dólares que reciben cada año para financiar las campañas contra Cuba.
La propia Wikipedia refiere: En 2010, John Kerry y varios senadores del partido Demócrata recomendaron, en un informe, los traslados de Radio y Televisión Martí y la Oficina de Transmisiones para Cuba a Washington, DC y la fusión de sus operaciones con la Voz de América. Los senadores alegan que Radio y Televisión Martí tiene una programación de baja calidad y poca audiencia en Cuba; así como la existencia de nepotismo y corrupción dentro de la agencia
Entonces ¿qué esperan para desistir?
Publicado en: Girón